Sarah, aunque solo presente en recuerdos y relatos dentro de la primera entrega de Máquinas y memorias, deja una huella imborrable en la saga y en la vida de los personajes principales. Su trágica muerte en 2040, resultado de un accidente con un coche autónomo, se convierte en el catalizador que impulsa a su esposo Andrew a liderar la Resistencia del 2%, marcando un antes y un después en la lucha contra la dependencia de la tecnología avanzada.
A través de los recuerdos de Emma y Ryan, y la fortaleza vengativa de Andrew, Sarah emerge como una presencia serena y amorosa, cuya vida y muerte resuenan a lo largo de la saga, subrayando los temas de amor, pérdida y la búsqueda de justicia. Su historia es un recordatorio de las consecuencias humanas detrás de la evolución tecnológica. Su espíritu sigue siendo un faro de inspiración, motivación y venganza para sus seres queridos.