Lucas se presenta en Máquinas y memorias: el amanecer de la IA como un personaje secundario cuya genialidad apenas comienza a florecer. Aparece en la trama como un prodigio juvenil cuyo talento es pulido bajo la experta tutela de Valeria. Su evolución es tan rápida como asombrosa: de aprendiz tímido a maestro de la tecnología, su transformación es tanto un testimonio de su propia capacidad como de la influencia inspiradora de su mentora.
En Máquinas y memorias: el despertar de los recuerdos, Lucas emerge de su papel secundario para convertirse en un protagonista central. Atrapado en la realidad digital, su narrativa se teje con hilos de sufrimiento y lucha interna. Incapaz de escapar de su prisión virtual, se convierte en el espectador de un mundo que mejora fuera de su alcance, un contraste punzante con su confinamiento persistente. Este tormento constante y la lucha por mantener la esperanza en medio de la desesperación, dan forma a la complejidad de su carácter.
La historia de Lucas es una exploración de los extremos de la condición humana: la soledad, el aislamiento y la ansiedad se enfrentan a la inteligencia y la esperanza incansable. Cada capítulo añade capas a su carácter, construyendo a un personaje que, aunque condenado por sus circunstancias, se niega a ser definido por ellas.